dilluns, 17 de novembre del 2008

La eternidad

Como Anna ha hecho los deberes y os ha explicado lo que hemos hecho y lo que haremos ... ¡me ha dejado vía libre para desbarrar! Se siente... :)

Desde que hemos llegado a la región de Magallanes, una palabra me ronda todo el rato: Eternidad. Si tuviera que explicar a un marciano qué significa, lo traería a ver estos paisajes: la tierra árida -una prolongación de arbustos dispersos y despeinados luchando por agarrarse al suelo- no parece terminarse nunca. El cielo de todos los azules posibles, tampoco. Al final del horizonte, se intuye un punto en que ambos se fusionan con el mar y continúan extendiéndose fuera de donde nuestros ojos alcanzan siquiera a imaginar.

Pero más allá de en un efecto visual, la eternidad se palpa en esta tierra desde la memoria: estoy segura que todo estaba así cuando el primer ona se zambulló para sacar mariscos. Los ojos de los primeros occidentales vieron lo mismo que el indio había visto. Y hoy, Anna y yo, lo hemos vuelto a contemplar. Todos llegamos y, aunque de una manera u otra creamos influir en el entorno, nosotros pasamos y Magallanes sigue. Sólo el viento parece tan eterno como el paisaje.

Miles de seres humanos se han dejado ya la piel en estas grandes extensiones y hoy descansan en un cementerio surrealista que parece un chiste -estaban un croata, un italiano, un alemán y un español durmiendo a la sombra de un árbol cuando...- o la descripción de la ONU. Paseando entre las lápidas, he confirmado que, pese a lo que digan muchos, la muerte no nos iguala a todos. En la eternidad, tristemente, seguimos separados los ricos de los pobres, los blancos de los indios, los que tienen quien les llore de los que no... ¿Me permitís una palabrota? ¡Qué putada!


PD1: Mirad las fotos en donde ya sabéis -para los despistados, hace unos post lo dijimos-
PD2: Escribimos en catalán y en castellano porque tenemos lectores a ambos lados del océano. :)Y dad las gracias que no lo hace anna en francés... ¡esto si que sería eterno!